jueves, 23 de noviembre de 2006

HICISTE QUE A LA GENTE LE DUELA TU DOLOR





Polaco, polaco. Lloras alcohol y tango, y fumas. Por qué será que te conocí tan cerca de tu adiós. Mi gerontofilia se hubiera colmado si te hubiera amado antes. Ahora, es tarde. Te hubieras enamorado de mí, seguro.
Te ví en Sur, de Pino Solanas, y eras así, como te imaginaba, un padre padre, llorón, enamorado, bebedor, cantante, renegado y atorrante. – Cora, pero si yo te quiero, turra mía.!!!! ¡Que personaje inolvidable!.
Buenos Aires está como vos la dejaste. Fatal, llovida, cansada de vivir, y sin embargo naciendo cada día, abrazada al pasado, lustrabotas, diareros, che pibe, cafetines, bodegones, tango triste, mina chiflada.
Garganta con arena, escultor de los mejores. Amigo, amigo como dicen que eras. Rebelde, loco, parece que veías los azahares que te tiran las naranjas del frutero de la esquina, piantao. ¿Que sabés del amor?.
En enero de este año, festejamos tus 80 pirulos, con vos, sin vos. Ese verano en que naciste y ese agosto de hace ya 12 años, en que te fuiste. (¿cuándo me fui, si siempre estoy volviendo?). El bar Amazonas tiene una mesa para vos. Lo sabés. Como tantos otros bares, con sus whiskys, esperandote..
Calamar marrón y blanco, ¿es cierto que te ibas a la cancha, de smoking, luego de actuar, sin dormir? Tu platense querido si vieras cómo, cómo te extraña. Te enterraron con la camiseta, no? Y bué, no podía faltar.
Ya se, que gritás los goles desde arriba, y jugas un picadito con Pichuco, pero nos dejaste tan desvastados…
Sin tu voz brumosa, sin tu risa, sin tu faso temblándote en la mano.
¿Sabías del homenaje que te hicieron, con la negra Varela, Cacho Castaña, Sabina, qué se yo, un montón y también que tenés una calle con tu nombre en tu barrio, y una plaza? Sí. Y está bueno pasar por allí, y juntarse con un amigo, con un amor, en la esquina de Goyeneche y Balbín. ¿Qué loco, no? Saavedra esta igual. Qué va a cambiar. Mas triste sin vos, solo eso. “El día no amanece, polaco Goyeneche, cantame un tango más”. Se pasó Cacho, con tu tango… Lindísimo.
Qué más te puedo contar, que ya no sepas, que te llaman mito, que te dicen genio, que fuiste el inventor del canto hablado, susurrado, que no te parecias a nadie y que nadie se parece a vos.
Pero desde aquí, desde el sentimiento de oirte, solo quiero que sepas que yo, Malena, Margot, Grisel, extrañamos los besos de tu boca cuando nos nombrabas.
Nos veremos pronto, amigo.
A ver, tarareame al oído naranjo en flor…

No hay comentarios: